Director: Bong Joon-ho Año: 2006
País: Corea del Sur
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Producto de la contaminación con desechos tóxicos en el río Han nace una criatura mutante que emerge del agua y empieza a devorar todo lo que halla a su paso, aprovechando de llevarse consigo a la hija de una difuncional familia que hará todo lo posible por ir en su busca y rescatarla.
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Esta va a ser la primera película que reseño porque la vi hace ya hartas semanas y no quiero que se me vaya la impresión que me dejó. Primero que todo, quiero dejar en claro que si se imaginan un filme al estilo Godzilla se van a llevar un chasco porque aquí lo menos importante es el monstruo. Sí, está bien, el monstruo es escalofriante y la película logra una tensión que te deja con calambres, pero eso es sólo la mitad de la película.
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Quizá debiera explicar desde un principio que lo más genial de esta obra es que en ella se halla presente una mezcla tan bien conbinada de horror, drama, acción y comedia al mismo tiempo que te logra llevar por todas las emociones posibles sin que alcances a pasar de una escena a otra.
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Por otra parte, el otro de los mayores logros de la cinta es la familia de la niña: el padre medio-idiota, interpretado brillantemente por Sog Kang-ho, el joven tío alcohólico, la tía campeona de tiro al arco que siempre falla en el último momento, y el abuelo patriarca que se esfuerza por contenerlos y cuidarlos a todos. Estos personajes a menudo patéticos se ganan nuestro cariño desde un principio, y es que son tan adorables que lo único que queremos es que queden todos lo más vivos posibles cuando termine la película. La niña, por su parte, completa el inmejorable reparto familiar, y es que ojalá que siga incursionando en el cine porque hace una admirable interpretación, transmitiendo una sorpresiva madurez para una chica de 13 años.
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En fin, recomiendo esta película totalmente, véanla porque es una de esas cintas que no aparecen muy seguido, y que realmente vale la pena.
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Nota: 8
